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La intervención del ser humano en la mejora de los cultivos, árboles, ganado y pesca no es una novedad. Desde hace milenios, los ecotipos y las especies más productivas, mejor adaptadas o de particular utilidad, han sido objeto de mejoramiento, cruzamiento y selección.

Hoy existe una serie de técnicas nuevas de gran potencial, capaces de complementar las prácticas de mejoramiento tradicionales. Por ejemplo, algunas de ellas permiten propagar el material vegetativo en tubos de ensayo para protegerlo de las enfermedades, así como producir reactivos más sensibles y específicos para diagnosticar las enfermedades de las plantas, el ganado y los peces, a través del cultivo de tejidos y células. Gracias a otros métodos, llamados moleculares, los científicos pueden conocer la distribución del genoma completo de cualquier organismo, "lectura" molecular que permite seleccionar las plantas y los animales que presentan las características más convenientes, permitiendo así ahorrar tiempo y recursos valiosos.


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La biotecnología moderna también cuenta con una variedad de instrumentos para introducir o eliminar un gen o determinados genes para producir plantas, animales y microorganismos con nuevas características. Este tipo de manipulación se denomina «ingeniería genética» y su producto son los organismos genéticamentes modificados (OGM). La biotecnología tradicional y la moderna producen plantas, animales y microorganismos cuyas combinaciones de genes no hubieran podido producirse sin la intervención humana. Hay que destacar que la biotecnología tiene toda una serie de técnicas y productos, y que los OGM son sólo uno de ellos.